En un mensaje oficial que comunica la actualización de las medidas económicas tomadas, el nuevo ítem indica: “Diferimiento del incremento salarial del 5% previsto para abril al personal contratado y de planta permanente”. La (inevitable) baja recaudación lleva a advertir cierta inestabilidad en algunas declaraciones de funcionarios que hace unos días aseguraban el pago normal de los salarios de los empleados pero ahora se vieron en la obligación de patear el tablero.

Buena parte del sector privado (que ya está pagando las consecuencias de la crisis sanitaria), reclama a viva voz algún gesto de parte de la dirigencia política. Una decisión como ésta ha sido bien recibida en ese sentido. “Me parece una buena decisión. Los empleados municipales no corren el riesgo de perder su fuente de trabajo”, sostuvo un comerciante del microcentro que asegura que a pesar de que tiene un poco más de flexibilidad a la hora de abonar los tributos municipales, se le hará imposible pagar a tiempo el alquiler de este mes.

La carga tributaria se hace insostenible para aquellos que, además, deben afrontar el pago de sueldos, tarifas de electricidad, gas, internet, entre otros costos fijos. “No todos podemos acceder al IFE”, señalaron algunos trabajadores informales que no cumplieron con los requisitos para ser beneficiarios del Ingreso Familiar de Emergencia. “Es mentira lo de los créditos con tasas al 24%, los bancos se hacen los desentendidos cuando vas a pedirlos”, aludieron otros. Cuando el salvavidas no llega, sobrevivirán únicamente los que puedan nadar hasta la orilla y muchos otros quedarán en el camino. También habrá aquellos que tendrán un bote cómodo para hacerlo y bajo la mirada de muchos actores del sector productivo, la dirigencia política viajaría en ese bote.

#PoliticosBajenseLosSueldos, decían las redes sociales durante los primeros días de la pandemia, y en muchas localidades, los intendentes y funcionarios optaron por “tener un gesto” para con la ciudadanía. El mes pasado se anuló el aumento del 20% para la planta política y además se redujeron los haberes un 15%. El Municipio ahora extendió la decisión a los trabajadores de planta permanente y contratados.

Hace casi un mes, el vicepresidente del CECIS (Centro Empresario Comercial y de Servicios), Gustavo Sachetta, advertía que al menos tres locales comerciales le habrían notificado que iban a cerrar. Hoy la cifra se estaría multiplicando de manera considerable: “Sin actividad, no hay rubro que aguante. Venimos hablando de casi dos años de caída de las ventas y muchos ya estaban atrasados en el pago de impuestos. Todos terminarán soportando una parte del costo para que las empresas pueda seguir en marcha”, enfatizó el dirigente. Aguantar, soportar, “bancársela”… ¿Pero quienes, efectivamente, lo harán?

Quien tiene una mirada muy contundente al respecto es el dirigente del Partido Libertario, Mario Lamberghini. No titubeó al asegurar que “reducir un 50% el gasto de funcionamiento y un 100% del gasto político” sería la única manera de que al Municipio le cierren los números tras la pandemia. “Los políticos parecen zombies porque claramente no ven la realidad de lo que pasa con la actividad privada”.

“Tarde o temprano, el Mercado llevará al Municipio a ajustar, aunque no quieran”, afirma Lamberghini y cita ejemplos de trabajadores que no han generado absolutamente ningún ingreso y se verán imposibilitados de tributar. Según trascendió, el Municipio habría recaudado aproximadamente un 30% del total a partir del cobro de tributos. “Hay gente que no ha cobrado nada y que por meses no va a cobrar. Si la gente que aporta con su esfuerzo no cobra, quien vive de ese esfuerzo tampoco puede cobrar. El mercado sólo se encargará de que vean que cuando los contribuyentes no pueden aportar, no hay recursos para cumplir con la estructura del Estado Municipal”, agregó el candidato a intendente por el Partido Libertario.

“Está bueno que así como el sector privado está haciendo un esfuerzo enorme, también lo haga el sector público”, sostiene un empresario pyme al enterarse de la noticia. Aunque no se tienen números precisos de cuánto implicaría este “ahorro” de parte del Municipio, el cálculo también se hace difícil de estimar, ya que son aproximadamente 1300 los trabajadores municipales en la ciudad de Río Cuarto y las escalas salariales difieren en relación a la categoría que ocupan.

Difícilmente se oiga a un trabajador del Municipio decir que está 100% de acuerdo con la suspensión de la aplicación de este aumento: “Solo le puedo decir que varios tenemos sueldos por debajo de la canasta básica. Por supuesto que la quita de un 5% no es algo significativo. Lo que por ahí molesta es que siempre se la agarran con el eslabón más débil”, considera una empleada municipal consultada por Alfil. “Los buenos salarios se dan en empleados con más de 20 años de antigüedad, no todos estamos en la misma”, dice la trabajadora, quien reniega de que exista el preconcepto de que “todo empleado público gana bien”.

Un dirigente opositor también sumó su opinión al respecto: “Lo raro de esta situación es que ese aumento se acordó justo a comienzos de la cuarentena. Quizás hubiese sido mejor que se dejara en suspenso para plantearlo más adelante”. La negociación que llevó adelante el Sindicato de Trabajadores Municipales, de la mano de Walter Carranza, no deja de recibir críticas: por insuficiente (de parte de trabajadores y otros gremios que representan al sector público), por inoportuna (de parte de algunos dirigentes opositores al tratarse de un acuerdo ‘en plena pandemia’) y por tardía de parte de los Municipales Autoconvocados que durante los primeros días de marzo reclamaban que Carranza se siente a discutir con Llamosas un incremento racional.

“Ahora ya dieron el primer tramo, que es de un 10% pero dejarán de dar el 5% correspondiente a abril y no se sabe qué pasará con mayo. Creo que eso muestra cierta inestabilidad y debilidad de la conducción política”, consideró el dirigente opositor consultado, quien al parecer descree lo que el Ejecutivo muchas veces ha señalado como “una situación dinámica con poca capacidad de previsión y que amerita tomar distintas medidas en el día a día”.

Un dirigente gremial reconoció que suspender un 5% del aumento no implicaría un detrimento en los sueldos de los trabajadores del Municipio aunque tampoco cree que esa suma de dinero sea un aporte contundente al Fondo de Emergencia: “Lo que sí reconozco es que hay muchos espacios a nivel nacional que quieren mostrar cierta coherencia y decir: bueno, hay que equiparar la reducción salarial que inevitablemente está sufriendo el sector privado con una reducción también en el ámbito público. Es discutible pero también es entendible que muchos sectores sociales vean con buenos ojos este tipo de medidas”.

Quien ha manifestado una aceptación serena de la medida es el titular del Sindicato de Trabajadores Municipales, Walter Carranza, quien consideró que, en comparación con otros municipios, una reducción del 5% afectaría muy poco el poder adquisitivo de los trabajadores: “Hay municipios que están desdoblando el sueldo, pagando la mitad. Nosotros no vamos a sufrir la caída de un 5% que además se liquidará más adelante. El Municipio ha recaudado el 30% de lo que debía recaudar y no sabemos qué pasará con las coparticipaciones o cuándo llegarán”, señaló Carranza en un tono comprensivo para con el Municipio. Todos están sufriendo y todos debemos poner nuestro granito de arena. Mucha gente está cobrando el día 22 de cada mes, nosotros no estamos sufriendo eso”, sostuvo el dirigente sindical en declaraciones radiales.

La semana pasada se dio a conocer el acuerdo firmado entre la CGT y UIA que implica el pago del 75% del total de los sueldos para aquellos trabajadores suspendidos durante 120 días. Los trabajadores pusieron el grito en el cielo. Los dirigentes y empresarios dijeron que era una alternativa para salvar puestos de trabajo y evitar que cierren empresas. Un 5% de reducción salarial en el ámbito público no es ni por cerca equiparable pero deja a una parte de la sociedad con la sensación de que no está sola aportando el famoso “granito de arena”… que, por supuesto, no pesa lo mismo para todos los mortales.